Mi abuelita comparte clave para una larga vida

NOTA: Este blog se publicó originalmente el año pasado. ¡Lo comparto nuevamente porque hoy celebramos sus 100 años!

Mi abuelita, Marcelina Vélez, de 99 años, era la única niña en su salón de clases. Para la época en que se crió pocas mujeres estaban matriculadas en la escuela. La mayoría se quedaban en la casa ayudando a criar a los hermanos menores o recogiendo café. A ella le encantaba la escuela, pero solo estudió hasta tercer grado… Su papá no quería que las niñas fueran a la escuela del poblado (cuarto grado en adelante) porque quedaba lejos y tenían que cruzar una quebrada.

Aquí les comparto algunas de sus memorias. Ella está emocionada y ya quiere verse en los vídeos caseros, además de leer los comentarios de los amigos y familiares.

Por Lymari Vélez Sepúlveda

“¡Abuelitaaaa! ¡Abuelitooo!”

Así coreábamos mis hermanos y yo mientras el carro de mi papá bajaba la empinada cuesta que lleva a la casa de mi familia paterna, en el poblado Rosario en San Germán, Puerto Rico. Esta escena se repitió durante nuestra niñez, cuando viajábamos desde Bayamón (al norte de la isla) para ver a nuestros parientes, repartidos entre Hormigueros y San Germán (en el oeste de la isla).

Con mi abuelita en su balcón
Junto a mi abuela, Marcelina Vélez, en el balcón de su casa en San Germán.

Ya de adultos la vida nos presenta nuevos compromisos, por lo que los nietos de Marcelina ya no viajamos tan a menudo como quisiéramos y deberíamos. Sin embargo, hace unos meses mi cuñada y hermano lograron una convocatoria especial: la mayoría de sus nietos llegamos a la casa de mi abuela el mismo día. Es así como aprovechamos para tomamos una foto familiar en donde estaban sus dos hijos y nueras, cuatro de sus cinco nietos con sus parejas y cuatro de sus siete bisnietos.

No cabe duda que fue un momento especial. Meses después celebró su cumpleaños dos veces cuando familiares fueron, en momentos distintos de diciembre, a cantarle felices 99.

Cada cumpleaños dice que ese será su último pero, afortunadamente, sigue con nosotros. Todavía se levanta de la cama y camina por su casa, con la ayuda de un bastón, y se prepara su desayuno. Para el almuerzo, dice que le gustan las viandas. Sin embargo, en más de una ocasión ha dicho que se siente cansada. Por eso, como sé que le gustan las fotos, decidí escribir este blog. Sé que se pondrá contenta. 

Hasta hace unos años limpiaba las ventanas de la casa. Claro, ya a los 99 años la historia es otra. Pero, ella es bien fuerte y enérgica. De niña y joven hacía tejidos y bordados para pañuelos y guantes. Una vez se casó, continuó creando bordados junto a mi abuelo, Benito Vélez (q.e.p.d.); y con el dinero ahorrado construyeron su casa.

Además, desde pequeña recogía café y gandules. Y fue quizás el sol que tomó como parte de la faena diaria lo que provocó que desarrollara cáncer en la piel. Afortunadamente hace tiempo le removieron el lunar maligno y está saludable.

Hace varios años se resbaló y tiene un reemplazo de cadera. Desde entonces es muy cautelosa y solo sale de la casa para ir a sus citas médicas. Me encantaría que fuera a la iglesia (algo que le gustaba de joven) o que saliera a compartir con la familia, pero ella prefiere quedarse en la casa. Antes veía el programa Sábado Gigante y las noticias, ahora prefiere escucharlas porque la luz que genera el televisor le molesta.

Sin embargo, lo que sigue disfrutando es ver las fotos que tomamos desde los celulares. Cuando le dije que quería entrevistarla estuvo más que dispuesta. ¡Está feliz porque otros verán su entrevista! Confieso que me tardé en mi asignación ¡por varios meses! Pero ya, al fin, les comparto por aquí estos vídeos caseros y fotos familiares.

Anécdotas sobre cómo sobrevivió el huracán San Felipe II

¡ Al verla en esta entrevista no cabe duda que mi papá y sobrino mayor hablan igual que ella! En este vídeo pueden ver su sentido del humor. Ella tenía 11 años cuando el huracán azotó la isla. Este dejó 312 muertos y daños estimados en $50 millones.

Secreto para una larga vida

En el 2009 entrevisté a mi abuela informalmente. Comentó que uno de sus momentos más felices fue cuando mi abuelo la visitaba durante el noviazgo. Me confesó que se besaron por primera vez el día de la boda…

Pero, conforme pasan los años, sus memorias más queridas son las de su niñez. Ya otras se van olvidando… Aquí cuenta su secreto para una larga vida y narra algunas de las cosas que disfrutaba hacer cuando era pequeña.

Fotos familiares

99 abuela
Uno de los soles de nuestras vidas: mi abuelita el día que le cantamos felices 99. Coordinación de foto: Rosaura Ramírez

Haz clic en cada una de las fotos de abajo para leer la descripción.

Foto familia Vélez- San Germán, Puerto Rico
Mi abuela junto a parte de la familia durante la reunión organizada por mi cuñada y hermano.  Coordinación de foto: Rosaura Ramírez

*Gracias a mi familia por su colaboración para la redacción de esta entrada. Entrevistas por Tomás Eduardo, Irelly y Lymari Vélez.

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10 comentarios

  1. Hola:
    Me encantó ver a mi madrina Marcelina. Yo iba a ver las novelas del mediodía con ella. Y compartía conmigo una farina bien rica q hacía. Cuando mi mamá paría ella me cuidaba. Felicidades!! Se q pronto cumplirá sus 100 años y digánle que Aida maría( yaya) la quiere mucho

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  2. Sra. Marcelina Dios la bendiga. Fue un gran placer conocerla atraves de su historia. Yo perdi a mi abuela y me encantaba escucharla. Mi abuela tambien era de San German. Gracias a su nieta por este hermoso proyecto. Dios las bendiga.

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  3. Hola, me siento muy orgullosa de tener tres tíos con esa edad. Ella es parte de mi niñez y tengo muchos recuerdos de esa época. El tiempo pasa , los hijos se van, llegan luego con sus propias familias y personas como ella tienen en sus paredes sus más apreciados tesoros, fotos si fotos de su familia, fotos que la han acompañado siempre y que mantienen vivo ese amor tan grande que ella dio a sus hijos y que ahora casi al final del camino recuerda y ama como si todavía tuviese esa edad que nos permite ser increíblemente protectoras.Fue y es madre ejemplar para sus hijos y los que la hemos conocido.Recuerdo que nunca faltaba a la iglesia y muchas veces me dejaban ir con ellos, siendo yo de quizás ocho o nueve años. La recuerdo desgranando gandules que ella recogía de su terreno y parecía una máquina de tan ligero que lo hacía. Lo más importante que cuando vicito mis compadres(su hijo y su nuera) siempre me recuerda y me pregunta por mí familia..Le agradezco a Dios por haber estado en su familia. De personas como ella debemos aprender y podríamos ser mejores seres humanos. Que Dios Te Bendiga y te permita estar muchos años más con nosotros y que sigas con la claridad mental que hasta ahora tienes, con mi ho cariño y admiración tu sobrina Edith.

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  4. Bravo, Lymary, lo volviste a hacer. Éste es un hermoso reportaje sobre nuestra Marce; ese gran ser humano que sin importar la situación siempre tiene una sonrisa para su familia o una sonora carcajada. Buena madre, amorosa, sincera y muy trabajadora. Amiga de sus amigos. Excelente cocinera. En fin buen ejemplo de una mujer puertorriqueña.

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  5. ¿Aprendiste a hacer buñuelos?, muy pocas personas saben de lo que son Yo por lo menos se los de ñame y los españoles de harina y les llaman de viento. Son fritos y se les pone almíbar por encima( los de viento).

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